viernes, 8 de octubre de 2010

Zaqueo el publicano que llegó al cielo
























En esta imagen podemos contemplar a el jóven Zaqueo "El Publicano" de la Archicofradía del Amor, ya que era pequeño al ver pasar a la multitud para ver a Jesús se subió a un árbol en el que este capítulo lo podemos apreciar en el evangelio de San Lucas (19,1-10):
Entró en Jericó y cruzaba la ciudad. 2 Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. 3 Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. 4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. 5 Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.» 6 Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. 7 Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.» 8 Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más.» 9 Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abrahán, 10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»
El Zaqueo que observamos se encuentra en el lugar más alto del paso de la Borriquita, de aí lo de "El publicano que llegó al cielo" porque a pesar de que la gente detestaba al publicano, Jesús estuvo en su casa y se hizo casi santo debido a que Jesús le perdonó todo lo que había hecho. Pero Zaqueo con este pasaje no está relacionado y hay una cierta confusión.Según San Lucas no fue en Jerusalén, sino en Jericó donde Zaqueo el publicano, <> trepó a un árbol para ver a Jesús , entre la multitud, cuando pasaba por ese lugar. A Zaqueo le han cantado poetas con diversa fortuna, elegimos como muestra esta extraña glosa: "Pobre y pequeño Zaqueo de la Borriquita, jardinero fiel, que ya sólo vales para jugar al escondite con los niños que te buscan entre las hojitas de la palmera, el Domingo de Ramos, cuando la brisa te trae aromas de almendras garrapiñadas que tanto te gustan...¿Quién te cantará saetas, niño travieso que trepas por ese divino tronco? ...Asistes perplejo a los nuevos tiempos, temes que alguien te sustituya en tu hermosa labor, y sientes que el futuro se ciñe amenazador sobre tí, como una hachita de doble y cortante filo."

No hay comentarios: